viernes, 10 de diciembre de 2010

ni pasado, ni mañana

Me quedan pocas fantasías, pero me hare creer que tengo infinitas, lo que realmente quiero es que te quedes, no quiero abrazos a pedacitos, los quiero completitos, porque necesito un descanso en tu espacio, y no te me quedes viendo así, mírame bien, tu sabes que todo este deseo me hace daño, ven, y déjame tu recuerdo, algo que no sea reminiscencia de no tenerte, de no quererme, dame algo que se ancle para siempre en mi. pero no quiero solamente ilusión, yo quiero tus labios sin ese carmín que delira en mi, he esperado tanto ese encuentro, para entrar por esas puertas desnudas, no para hacer magia, es para hacer fuego y sudor, es para despertar pensando y entendiendo que no basta con soñar, para sentirme muy seguro que te tengo, que eres perfecta, que me gusta verte sedentaria, no, no despiertes, permíteme dibujarte en mi mente, no es casualidad poder tenerte así, y no es que no pretenda volver a repetir, porque nunca será tarde para volver a escribir esta historia, tu sabes que siempre pretendo ser muy claro en mis sueños, pero este momento no me permite seguir soñando, estas aquí. Al fin tengo para mí, tus tierras, ese color de miel, ese jardín tantas veces descrito, al fin he acercado a mí, tus montañas, tu isla. Por fin he cruzado titiritando ese umbral, el intento llego, y amo sin cuidado, en libertad de no improvisar, escuche un exclamar silente, sentí las heridas en mi verso, de tu abrazo fuerte, sentí en mí, la lluvia de tu invierno, lluvia que emboco en suelo fértil, sembrando un verano deseoso desde hace mucho, anidaste, ya no estás ovillada, vestida de blanco, descalza, estas en mi hombro, escucho tu respirar, lindo el silencio que no interrumpe mi altar. Y sabes y se, que nuestro amor se estaciono, no hay avance en el tiempo, pues el tenerte aquí, no acelera ni retrasa el momento, no hay vacio en la habitación, hemos dado muerte al ayer, al mañana, solo vive un presente, este presente a tu lado, yo estoy aquí, y me quedo, pues no voy a intentar cambiar el estar aquí, en una primavera que niega entrada al otoño deshojador de lo que hemos pintado con ternura, estamos plantados, prisioneros, refugiados en este altar que no es solo por amar, es para alejar el ocaso, y permitirnos llenar nuestro cielo, de pretensiones que alumbren como estrellas, nuestros hados.
Conóceme bien yo amo así, sin brevedad, en detalles, sin miedos, sin hacer esperar, y ahora que sabes que te amo, si permites una duda, es por ti, lo mío es verdad, sin fragilidad, fuerte he puesto fin a mis acechos, ya no le temo a tu desdén, pues juntos rompimos olas, arañamos al sol y el horizonte, robamos su rubor.
Ya no envenena tu ausencia, solo tu inocencia que se deja rodear en mis brazos, brazos que llevan a su destino la rosa prometida, que hacen camino en tu cuerpo sin vestir, y aun así te conservo virgen para siempre en mi, sin el agravio de hacerte preguntar por mí, al horizonte, al cielo, a las primaveras, al invierno, al murmullo, a la lluvia. Llegue con ellas en colores perdidos, a estacionarlas en tu portal, en quietud, sin adiós huérfano de pasión, relucientes para no verme obligado a obligarte a dirigir tu mirada hacia mí, sin soledad, sin nostalgia de evocar tu presencia, estoy en ti, guardado en ese presente, que no presagia un adiós, o un ¡¡¡¡¡ vete!!!!! ni un marchar en silencio, para evitar venganzas de los intrusos, o sobresaltos, esto se convirtió en algo que solamente es entre tú y yo.
Mi razón encontró sosiego, pero se ahoga en tus encantos, encantos que pierden mis lamentos, y me permites dejar en ti, mi promesa de amor, mi más bello momento, mi infinidad, y déjame decirte que luces impecable y te tengo tan cerca, irradiando alegría, e inventamos nuestra oración, y no disentimos pues nos escuchamos, y comprendemos que nuestros besos son de enamorados, besos que apagan lentamente mi nombre en ti.
Ahora comprenderás porque me importa que te importe lo que yo pienso, ahora que sabes porque me detengo a pensar más de un segundo en ti, porque ese segundo es tan común, que ya no me puedo arrepentir de haber perdido tu control y el mío.
Que coincidencia provocada para saberme dueño de ti, y de los inviernos reales, de las primaveras y otoños inventados, de febriles veranos, de esta historia compartida, hemos abandonado la cobardía, para brocharnos de blanco, y de arcoíris, de fantasías sustituidas por mis brazos cubriendo tu desnudes, por el color a madera de mi país, por tu vientre de madre, porque estas en mi cuarto y me escuchas, y me ves en mi noche relampagueante cabalgando sobre tu vientre, a ritmo de tus espasmos, de tus tormentas en voz de trueno que enloquece, y me siento el dueño de ti, es algo delirante, es eternidad.
Hoy que he podido describir tus hermosos labios sin carmín, tu largo abrazo, tu bello rostro en mis manos, hoy que volví ciertas las inciertas posiciones, que deje intactos los placeres, que se me fue la mano con los egos, y los desplace sublimes, con el pincel de la felicidad, moviéndose en un lienzo que reboza locura y que obliga a pintar amaneceres, y el pintor no es un insensato, ahora es por ti, un perfecto pintor que escribe lindos besos. vjm

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